San Sebastián se celebra el 20 enero. Coincide con el final de la campaña de la aceituna y en todas partes tiene fama de ser una fiesta divertida.
En Orellana la Vieja es una de las más populares, ya que en su desarrollo participa gran número de personas. Los actos se programan para el domingo siguiente a la festividad del santo.
Primero los oficios religiosos en la iglesia y luego en la Plaza de San Sebastián se reúne gran cantidad de personas para degustar la famosa Sangría Orellanense, acompañada de los dulces más típicos de la localidad.
Entres roscas y flores, las vecinas del barrio lideran los trabajos y preparan cientos de piezas que seguro que se acaban.
Además de continuar con una tradición centenaria, nuestros vecinos y vecinas pasan buenos ratos preparando la masa y dando forma a los dulces, al tiempo que entre risas, charlas y recuerdos pasan reunidas unas buenas tardes.
Antecedentes Históricos
En la plaza llamada de «El Santo», existía una ermita dedicada a San Sebastián, al llegar su festividad, 20 de Enero, se organizaban festejos religiosos y populares en torno a el.
Según nos transmite Valentina Marfil Gallardo (nació en 1.892 y murió en 1.987), en esta ermita se celebraba la Eucaristía todos los domingos por D. Sebastián, párroco del pueblo en aquellas fechas y que mando restaurar la ermita en el año 1.920 al 1.921 y fue pintada por D. David Garrido Ruíz, en su bóveda puso a los cuatro Evangelistas San Juan, San Lucas, San Mateo y San Marcos. En centro estaba San Sebastián, y a los lados unos ángeles.
En la víspera, se empezaba haciendo una luminaria delante de la ermita y el día de su fiesta (20 de enero), después de la Santa Misa, sacaban una mesa donde se colocaban las roscas de bateo (llamadas «Roscas de San Sebastián») y dulces que habían regalado al Santo, en agradecimiento por los favores recibidos. Estos dulces eran subastados.
A San Sebastián se le bajaba todos años a la parroquia y el día veinte de enero se le llevaba en procesión a su ermita.
Días antes la fiesta era anunciada con el tamboril por las calles del pueblo. Lo hacían de madrugada, así como al atardecer, acompañado por la chiquillería y por un personaje muy popular que ceda año era una persona distinta que llamaban «EL TARABALLO».
«TARABALLO». Hombre fantasmón vestido de blanco con la cabeza cubierta por una capucha que danzaba al son del tamboril y delante del santo, cuando era sacado en procesión desde su ermita a la Parroquia. Nos sigue diciendo, que el «Taraballo» era como promesa que se hacia por algún favor recibido. Se cubría la cabeza para no ser reconocido.
Esta ermita, por estar en ruinas, fue derruida el 25 de abril de 1.960
Antecedentes recopilados de verpueblos.com
El Santo
San Sebastián era un militar en época de Diocleciano que fue denunciado por ayudar a los cristianos que eran prisioneros. Por orden del emperador fue atravesado con flechas en todo su cuerpo pero ninguna de ellas tocó sus órganos vitales.
Fue recogido y cuidado hasta que se repuso de sus heridas y decidió enfrentarse, de nuevo, al emperador, quien mandó que lo mataran a palos.
Así, el santo es invocado contra las flechas envenenadas y para librarse de plagas y enfermedades.
Es patrono de los arqueros, los soldados y los atletas.
ORELLANA LA VIEJA 