Estamos acostumbrados a mirar la Luna como satélite de la Tierra y, sin embargo, si existieran observadores o astrónomos en Marte o en Venus que miraran el firmamento e imparcialmente a todos lo planetas, es casi seguro que no considerarían a la Luna
como satélite, ya que indudablemente clasificarían la combinación Tierra-Luna como un planeta doble, único en el sistema solar.

La Luna, astro de la noche por excelencia, que con sus pálidos efluvios hace menos densa la lobregue de las tinieblas y, contemplándonos con su faz hierática y grotesca, ha sido el astro que más ha llamado la atención del hombre, ya que a pesar de su cadavérica luz mortecina, no han escapado a su influjo enamorados, junto con los misteriosos aquelarres de brujas, poetas y filósofos que cantaron su sepulcral silencio a través
de los siglos.

A causa del movimiento de traslación de la Tierra, la Luna invierte en dos pasos consecutivos por un mismo meridiano 24 horas y 50 minutos, de suerte cuando la
Luna ejerce su mayor influencia es en el meridiano perpendicular a éste, tardando un tiempo justo en llegar de 6 horas, 12 minutos y 3 segundos.

Comprobados y expuestos estos datos como ilustración, sólo podemos sentir lástima por algunas de las tradiciones o usanzas de Orellana que tienden a desaparecer y que nosotros, impávidos entre esta estrafalaria generación que se cuelga al cuello toda la
chatarra que encuentra, no nos preocupemos ni un ápice por recuperarlas.

Causa admiración y asombro el saber de las anteriores generaciones orellanenses, pues aún siendoan alfabeta los 2/3 de la población, no por eso dejaba de tener una cultura refinada, y debemos creer que hasta científica.

Los pastores, por ejemplo, sabían leer la hora en las estrellas y un sin fin de cosas que sólo están recogidas tradicionalmente, siendo una lástima la falta de preocupación y no haberlas recogido literalmente en escritura.

El viento solano y los cuartos de Luna, así como los llamados días azarosos eran contrarrestados con una pequeña media luna colgada al cuello, bien con una
cadena o bien en la mayoría de los casos con un cordón de hilo negro. Sobre ésta ya olvidada, pero célebre, media Luna se basa este artículo y es de suponer resultará
interesante para la mayoría, pero en particular para aquellas personas que en alguna ocasión la hubiesen llevado y que afirmarán que todo lo aqui expuesto no es fantasía de mi imaginación, sino cierto y veraz.

Esta media Luna de unos 3 cm. de diámetro siempre se fabrica en forma de cuarto creciente o menguante, según la imaginación de cada uno, se colgaba en medio de una pequeña asa situada en el centro a partir de cada cuermo, quedando como resultado de ello guardar una distancia de 90° a ambos lados, siendo en su totalidad dos cuadrantes perfectos de una esfera.

Nunca se la llamó talismán o amuleto, pero si tenia poder para que a las mujeres embarazadas no les cogiera la Luna, y a las ya paridas no se les apostemarán los
pechos en tiempo de lactancia. Coger a uno la Luna significaba no verse libre de la consabida influencia de este astro nocturno. Con la media Luna al cuello todo
malestar desaparecía, al igual que los maléficos y latosos dolores de cabeza que afectan a los más sensibles. Pero cómo es posible que creyeran en estas cosas?

Y como para preguntarse otra vez ¿si a nosotros nos parece mentira, por qué no podría también ser verdad?

La siguiente hipótesis puede ser falsa, pero mientras no se demuestre lo contrario, tendremos que rendirnos a la evidencia de que es cierto. De todos es sabido la fuerza que ejerce la Luna en las plantas, en los animales y, cómo no, en el hombre. Esta inluencia es originada por las distintas posiciones de este astro con relación al Sol y la Tierra, pero además de dichas posiciones, nuestra vecina y compañera tiene 6 movimientos propios más, entre los que se encuentran los ya consabidos de rotación, translación, libración,
etc., por lo que uno de los restantes pueden ser que, acompañado de fuerte aflujo de radiaciones electromagnéticas, sea el causante de estos desagradables fenómenos como son: mareos , pesadez y dolor de cabeza, y más de algunas leves enfermedades mentales
(paranoia, esquizofrenia, migrañas, jaqueca, etc.)

Cuando la Luna está en los Novilunios o Plenilunio, los tres astros, Sol, Luna y Tierra o Sol, Tierra, Luna, en el caso segundo; las fuerzas se acentúan por estar los tres astros en línea recta. Pero cuando están en los Cuartos creciente o menguante, los tres astros (Sol, Tierra y Luna) forman un triángulo, y aquí está el problema que se trataría de resolver.

La pequeña Luna que se hacía para contrarrestar esta influencia siempre tenía forma creciente o menguante, como ya hemos dicho; pero es que además esta media Luna debe hacerse en la «hora santa» del día de la Ascensión, porque si no carecía de poder alguno. Este día de la Ascensión le intercala la Iglesia Catolica en su liturgia el día 40 después del Domingo de resurrección, y la hora santa correspondía por la mañana de 12 a 1. Y  volvemos a preguntar ¿dónde está el sortilegio de la media Luna? Por ahora no se ha descubierto, pero ahí está, y tenemos que investigar  llamando la atención de algún experto en matematicas que nos quiera y pueda ayudar a resolver el problema:

1° -Buscar en los movimientos propios de la Luna uno que corresponda al que tenía dicho astro a las 12 de la mañana del día 40 después del Domingo de Resurrección en el año en que murió Jesús, porque este mismo movimiento debe manifestarse matemáticamente en todos los cuartos de Luna.

2º.- Descubrir el foco de radiaciones quimicoelectromagnéticas que la Luna, al igual que un espejo, nos refleja de algún lugar de espacio exterior, y siempre en un momento dado en las cercanías de sus cuartos, ya que son estas radiaciones las que son capaces en algunos seres vivos de modificar las débiles corrientes electroquímicas de las sinapsis
neurocelebrales, consiguiendo con ello un estado de ánimo de malestar y euforia en determinados casos. Sea lo que sea, aquí queda esto como iniciativa a una laboriosa y complicada investigación. Por mi parte pienso que lo mejor será hacer una media luna,
colgárnosla al cuello y esperar a ver qué pasa; porque el problema, aunque matemáticamente es posible resolver, para mí es un hueso duro de roer

Doy gracias a las personas que amablemente han contestado a mis preguntas para este artículo. Mi enhorabuena y mis mejores deseos para esta gente de pueblo de Orellana que en las grandes necesidades supo hacer el jabón sin sosa, la morcilla sin tripas y sus
los analgésicos con una pequeña Luna.

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